Si los ferreteros tuviéramos que elegir un patrón laico para nuestros negocios creo que el más indicado sería Arquímedes. Arquímedes nació en la actual Sicilia en el año 287 a.C. y fue un matemático e ingeniero griego. La razón por la que se merece estar en un blog de ferretería es que oficialmente fue el inventor del tornillo. Y digo oficialmente, porque se cree que los tornillos ya se usaban en el Antiguo Egipto. El tornillo de Arquímedes nació por la necesidad de achicar agua del barco más grande de la antigüedad, que se llamaba Siracusia pero bien pudo haberse llamado Titanic. Además de servir para la guerra y el transporte de mercancías, el Siracusia era un barco de lujo que podía llevar a 600 pasajeros y contaba entre sus instalaciones con un gimnasio, un templo, jardines... ¡Casi nada! Hoy el tornillo de Arquímedes tiene muchos descendientes. Aquí os mostramos unos cuantos.
Hace 4000 años ya se "lijaba" en lo que hoy es Oriente Medio con arena. Pero los inventores del papel de lija (como de tantas cosas) fueron los chinos hace unos 2000 años. Lo hacían pegando a un pergamino arena, semillas y cáscaras de frutos secos machacadas. En Suiza hacia primeros del siglo XV se utilizó cristal triturado pegado a un papel. Para una producción en masa hubo que esperar otros 400 años, ya que fue en 1833 en Londres cuando Jhon Oakey fabricó en grandes cantidades papel de lija utilizando como abrasivo el cristal. En 1921 la marca 3M inventó un papel de lija hecho con un adhesivo impermeable y carburo de silicio. Hoy hay un buen surtido de distinto grano y materiales. Pero la idea es la misma: utilizar un material abrasivo para pulir y dejar suave al tacto cualquier material.
Las básculas romanas son ya una pieza de museo. Y sin embargo, todavía se pueden encontrar en algunas tiendas como la nuestra. El sistema de pesos y contrapesos se utilizaba mucho antes de que los romanos entraran en la historia. Pero fueron ellos quienes lo perfeccionaron hasta crear esta maravilla de precisión y versatilidad ya que idearon un ingenioso sistema para que una misma báscula sirviese para pesar lo grande y lo pequeño. Pero lo mejor de todo es que, como ya hemos dicho, a la báscula romana no se le engaña. Me explico por qué: La fuerza de gravedad no es la misma en todos los sitios. Si quieres creer que estás más delgado de lo que estás, puedes probar a pesarte con la más moderna y cara báscula digital del mundo en la cima del Everest. Como estarás más alejado del centro de gravedad de la tierra la cifra que te de te sorprenderá gratamente. Pero si te llevases una romana, el sistema de contrapesos se vería tan afectado por la diferencia de graveda...
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